VAN HALEN A different kind of truthAntonio Mautor (mautormetal@hotmail.com)
El artista multidisciplinar Salva Rubio, (entre sus facetas está la de guionista, escritor y líder de un grupo de Metal), nos presenta su primera novela llamada Zíngara: buscando a Jim Morrison. En ella nos cuenta las peripecias de un adolescente llamado Jaime (disminuido físico), que debe realizar un viaje para encontar al líder de la banda de los DOORS. Este viaje, más que la búsqueda del famoso cantante, se convierte en una búsqueda de sí mismo que le cambiará la vida para siempre.
La trama se desarrolla en el verano de 1971, cuando Jim Morrison realizó un viaje de incógnito por España para sanar en cierto modo su maltrecha salud; Salva Rubio tomando de partida un artículo del periódico El Mundo, en el que se relataba las andanzas por la piel de toro del artista californiano, hace recorrer al adolescente protagonista los lugares por, donde presumiblemente, se movió el líder de los DOORS; nos abre la ventana para que veamos como era España en esa época mediante los ojos de Jaime, como guía principal, un país de pandereta en el que se empezaba a vislumbrar alguna apertura al exterior, y se sentían la influencias de movimientos como el Hippie.
Todo en la novela son guiños hacia la música y al mundo que le rodea, desde el título de los capítulos que pertenecen a estrofas de canciones de los Doors, pasando por personajes de todo tipo: motoristas, harleys davidson, hippies, pintores, hasta un camionero llamado Santana, suponemos que en honor al gran guitarrista que nos hace esbozar una sonrisa por lo pintoresco de su actitud.
En lo referente a la forma y estilo de la novela, nos encontramos ante una obra muy dinámica y fresca, con toques de humor y con un personaje principal que interactúa constantemente con el lector; todo hace que en su conjunto esté muy bien estructurada y para el lector sea muy fácil de seguir.
Al ser un road-book, en toda regla tiene una aire totalmente cinematográfico; vamos que los productores españoles deberian tomar nota de esta historia, creo que en el cine quedaría muy bien.
Muy buena ópera prima de Salva Rubio, historia optimista y positiva, que en estos tiempos que corren es de agradecer, intentaremos seguir el consejo del gran Morrison, disfrutar de la vida sin más ¡Vive!.
Ficha técnica:
Antonio Mautor (mautormetal@hotmail.com)
Ya hace un par de años que se editó este DVD, donde se nos explica de primera mano cómo es el día a día de uno de los mayores iconos del mundo del Metal, Lemmy Kilmister. Por eso, aunque haya pasado tiempo desde que se publicó este documental, merece la pena recordarlo, y si algún rezagado todavía no lo ha visto, que corra a su tienda favorita y se haga con un ejemplar.
La filmación nos presenta no sólo a un Lemmy dentro de su ámbito más salvaje y rockero, sino que ahonda en la figura del artista desde su lado más personal y humano, sus relaciones con las mujeres, con su hijo (por lo menos al que conoce) y con sus amigos.
Debemos destacar también la cantidad de artistas que colaboran opinando sobre Lemmy, y demostrándonos la gran reputación que tiene como músico y sobre todo como persona; evidentemente que tendrá sus detractores, pero pocos personajes tienen tanto carisma como él.
En el plano musical, se recogen multitud de actuaciones, sus colaboraciones con Dave Grohl de FOO FIGHTERS, o una jam session impresionante que se monta con unos METALLICA realmente acojonados de tener a este mito a su lado.
No me extiendo más para no destripar el documental, merece la pena, si no te gusta es que no tienes sangre.
Antonio Mautor (mautormetal@hotmail.com)
FICHA TÉCNICA:
Bueno, con este título ya nos podemos hacer una idea de ante que libro nos encontramos; el gran OZZY OSBOURNE es el protagonista y eso es sinónimo de buena música, pero también de excesos, borracheras y demás actos llenos de locura del genio inglés.
«Mi padre siempre pensó que yo haría algo grande: “Tengo una corazonada, John Osbourne”, me decía después de unas cuantas cervezas, “o acabas haciendo algo muy especial o acabas en la cárcel”. Y llevaba razón el viejo: antes de cumplir los dieciocho ya estaba en la cárcel.», así Ozzy empezaba a apuntar maneras sobre lo que iba a ser su vida.
Nuestro amigo nace en el seno de una familia pobre de Birmingham, dentro de un ambiente deprimente y opresivo, a lo único que se podía aspirar en esa época era tener un trabajo en una fábrica y volver a casa a tomar cervezas.
El libro cuenta, de la mano del escritor Chris Ayres, todo el proceso que llevó a Ozzy a convertirse en lo que es ahora, un icono del Metal mundial, todo ello siempre rodeado de sus dos mejores amigos: el alcohol y las drogas.
Las anécdotas que se cuentan son algunas desternillantes, y otras realmente patéticas, un personaje que siempre quiso ser el bufón de la clase porque así le era más fácil relacionarse con la gente y no ser él quien recibiera todos los palos.
A nivel musical, se relatan sus primeros encuentros con Tommy Iommi hasta llegar a crear la mÍtica banda BLACK SABBATH, sus peleas, desavenencias y los problemas del grupo también con los psicotrópicos. Su relación con Randy Rhoads, su triste muerte y lo mucho que le afectó, etc…
En el plano personal, se centra en las relaciones con su familia, mujeres y sobre todo su gran soporte emocional, su esposa Sharon Osbourne, hasta llegar a ser protagonista del reality show dela MTVque le catapultó como ídolo de masas.
Merece la pena este libro si quieres pasar un buen rato, es entretenido y de lectura fácil, también es bueno ver como es la vida de las Rock Star y lo cerca que están muchas veces de tirarlo todo por la borda.
Grande, Ozzy!!!
FICHA TÉCNICA:
Antonio Mautor (mautormetal@hotmail.com)
Si a nivel nacional los reyes absolutos del Thrash Metal son los ANGELUS APATRIDA, en el ámbito del Death, con sólo que tengan un poco de suerte y reconocimiento, serán en un futuro no muy lejano los jerezanos ANVIL OF DOOM.
Su sonido dentro del Death se ha ido definiendo con el paso del tiempo; comienzan su andadura en el mundo del metal en 2002 con la grabación de la demo Died before dawn, el Death que aquí realizan lo podríamos denominar como melódico, tipo grupos como ARCH ENEMY o SOILWORK.
Graban su primer álbum en 2004 bajo la producción de Xtreem Music, su estilo se centra de una manera clara en una Death Metal Old School, con influencias de grupos como DEATH, con pinceladas también de Thrash Metal, sin abandonar el tono melódico que les caracteriza.
En este período de tiempo llegan a compartir escenario con bandas tan prestigiosas como MEGADETH, TESTAMENT o KREATOR…
El grupo no volverá a grabar nada hasta 2011, tras pasar por un período de reestructuración de la banda, cuando lanzan un ep de adelanto del que será su próximo larga duración. La obra se llama Turn your back, fue autoeditado en noviembre del año pasado a través de Broken Sun Music, producido por Colin Preston y AOD. La grabación corrió a cargo de Colin Preston (Underwater Studios) y David Navarro “Pufa” (WK Studios).
El cd contiene dos canciones, además del videoclip del tema “Turn your back”, de impecable factura. El primero de los temas es el que da título al ep, “Turn Your Back”, con un comienzo brutal, donde el batería y el bajo se convierten en una apisonadora que lo arrolla todo, y con la voz de M.G. haciendo de maestro de ceremonias. Realizan un Death Metal bestial, siguiendo la senda de su anterior trabajo, aunque ya se pueden vislumbrar elementos de Death Metal Técnico, gracias en gran parte a la labor a la guitarra de Hugo Donaire, estructuras complejas en sus riffs y escalas continuas, sin perder la melodía en ningún momento, a destacar la gran labor del baterista Matoto, destrozando la batería que da gusto.
El segundo tema del ep es “The Crown”, la guitarra de Donaire tiene un lugar predominante al principio del tema para desembocar en una locura Death y speedica a la vez; tema que cumple todos los elementos básicos que debe tener un buen tema de Death Metal, la voz de M.G. encaja como anillo al dedo en la música del grupo, sus growls son totales, dando empaque a todo el conjunto. La base rítmica en el tema es contundente, el bajo de Tzaraath se hace muy presente, cosa nada fácil en este estilo de composiciones.
Esperamos con ansia el nuevo álbum de este grupo llamado a realizar grandes gestas. Qué bueno es tener en casa a gente que sea capaz de realizar este tipo de música con tanta calidad. Enhorabuena ANVIL OF DOOM, la gloria está sólo a un paso, a por ella.
Antonio Mautor (mautormetal@hotmail.com)
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Cuando un grupo realiza una obra maestra como su disco anterior The way of all flesh, tiene dos opciones en su siguiente obra: progresar e intentar ir hacia un nuevo rumbo, con los riesgos que eso conlleva o, por el contrario, seguir dentro de la línea marcada en el anterior larga duración. Los franceses originarios de Bayona han optado claramente por la segunda de las opciones, no han querido arriesgar y su planteamiento es muy similar al disco reseñado.
En L’Énfant sauvage (por cierto, título tomado de la película de Françoise Truffaut), siguen desarrolando de maravilla ese sonido frontera entre el Death Metal Progresivo y toques abiertamente Grooves e incluso Thrash. En cuanto a sus letras, los hermanos Duplantier siguen hablando de temáticas medioambientales, humanas, y de relaciones del hombre con su entorno. En palabras del propio Joe Duplantier, han intentado con este disco reflejar la libertad humana en su máxima expresión, sienten que el haberse criado muy cerca de la naturaleza les hace sentirse muy concienciados con su entorno; todo, como vemos, muy filosófico.
A nivel compositivo el álbum mantiene las estructuras enrevesadas y poco convencionales de sus canciones, con su característicos cambios de ritmos, y huida de la convencional composición de canción verso-estribillo-verso; a veces parece que oímos una improvisación muy calculada.
Las influencias de diferentes géneros antes comentada se ve patente a lo largo del cd, en temas como en “Explosia”, o en el single de presentación “L’Enfant sauvage”, donde todos los elementos base de su estilo Death Metal Progresivo sobresalen de manera meridiana, voz gutural rasgada del vocalista, junto riffs veloces y base rítmica muy contudente, donde los giros y cambios de ritmo a medio tiempo se realizan de manera constante, y, en algunas fases, las guitarras sincopadas parecen un calco del grupo sueco MESHUGGAH.
El elemento Groove, con acentuación de los graves del bajo y riffs aplastantes, a la vez que algo lentos en ocasiones, se torna canción en temas como “The axe”, y sobre todo en uno de los mejores temas del disco, “The gift of guilt”, a destacar el trabajo de Labadie al bajo y Mario Duplantier a la batería.
Lo industrial se fusiona con el Death en “Liquid fire”, tema muy a lo FEAR FACTORY, con incluso coros de corte robótico, y “Mouth of kala”, donde con una gran ambientación y toques de progresivo realizan un corte que Trent Reztnor hubiera puesto en un disco de NIN.
A destacar finalmente la instrumental “The wild healer”, canción muy rítmica con riff gruesos y bajo al compás, junto con el Groove-Doom del corte que cierra el disco, “The fall”.
Siguen siendo la vanguardia del metal actual; serán con toda seguridad de los grupos referencia dentro de este género de música, aunque no deben caer en la autosuficiencia y pensar que ya lo tienen todo hecho. Esperamos que en su próximo trabajo se decidan a subir un peldaño más en su evolución.
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Antonio Mautor (mautormetal@hotmail.com)
THE CULT o lo que es lo mismo, Ian Astbury y Billy Duffy, reaparecen este 2012 para regalarnos un disco realmente asombroso. Con esta banda siempre ocurre lo mismo, parece que están acabados, que no dan más de sí, y siempre se descuelgan con discos grandiosos, llenos de fuerza, pasión, y sobre todo Rock con mayúsculas.
La producción ha corrido a cargo del archiconocido Bob Rock, si bien en un principio comenzaron con Chris Goss, la impaciencia del grupo al ver que no cristalizaba el trabajo como ellos deseaban les hizo dar un giro de 180º y dirigirse al gurú de las producciones de rock. En este caso ha sido todo un acierto la elección, ya que el resultado final ha sido un álbum con un sonido perfecto y de una estructura impecable.
Es la primera vez que repiten formación en dos discos consecutivos, tanto el batería John Tempesta como el bajista Chris Wyse se han adaptado de manera increíble a la esencia del sonido THE CULT, y contribuyen con su base rítmica a dar el empaque necesario a la obra de los británicos.
Este Choice of weapon sigue en cierta medida la estela marcada con el álbum Born into this, que marca el renacer de nuevo del grupo, y la fusión de sonidos marca de la casa, Hard Rock de alta escuela, con influencias del Blues, Jazz, y todo dentro de su mundo gótico, oscuro, espiritual, del que tanto se rodea este grupo.
Tanto Astbury como Duffy ejercen el control total de la obra en el aspecto musical. Duffy se encarga con sus riffs de guiarnos por todas las composiciones como un Cicerone eléctrico, riffs y más riffs antológicos. La voz de Astbury ejerce de sombra que envuelve todo el engranaje rockero de su música, te lleva por momentos a la ensoñación más absoluta, a la locura o al desenfreno, su versatilidad es enorme, su colaboración con THE DOORS le ha dado mucho más misticismo a todo lo que hace, gran discípulo del Sr. Morrison.
El comienzo ya es de por sí apabullante, “Honey from a knife” es una canción himno, que pronto pasará a engrosar el imaginario de la banda, en directo será cantada por sus seguidores como un mantra. La historia de la canción es curiosa, habla de los extraños sucesos ocurridos en la casa del cantante con automutilación, sangre y cuchillos de por medio; vamos, genio y figura. Con respecto al tema, es 100% sonido THE CULT, voz perfecta del vocalista, riffs precisos y afilados, coros que hacen que el estribillo sea muy pegadizo, gran tema para empezar un gran álbum.
De corte más lento es “Elemental light”, como la luz que describe el tema, la voz de Astbury lo envuelve todo, su cadencia te emborracha, una canción a medio tiempo que rompe con un riff fantastico de Duffy y estalla de nuevo el rock que mejor saben hacer.
El guitarrista toma las riendas en el tema “The wolf”, riff de entrada que manda en todo el tema, acompañado de una batería muy contundente, puro Hard Rock, cambio de ritmo a mitad de canción para darnos un respiro, para terminar de nuevo con Duffy demostrando que es uno de los jefes indiscutibles de la banda.
Debemos destacar dentro del disco los temas a medio tiempo “Life death” y “Wilderness now”, cuasi baladas que son verdaderas obras de arte. La primera es una de las mejores canciones del álbum, donde el piano aparece por primera vez, todo en un tono muy oscuro y deprimente, el vocalista se sale. En la segunda hay que resaltar el acompañamiento a la guitarra de Duffy dando el toque perfecto a la canción.
La desgarradora letra de la canción “For the animals” que habla de los marginados, los abandonados, da forma a un tema de Hard Rock Old School, donde el piano sigue acompañándonos, y la batería de Tempesta hace una de las mejores labores del álbum; repiten esquema en “Amnesia”, canción algo más lenta que la anterior, recuerda a los tiempos de Love y Electric.
Dan entrada a los sintetizadores en el tema “Lucifer”, corte fantástico, donde su canto al príncipe de las tinieblas se realiza mediante riffs lentos, pesados, oscuros, una invocación en toda regla al maligno, mediante Hard Rock con tintes de BLACK SABBATH.
Finaliza la obra con dos temas de corte muy dispar; en “A pale horse” el blues aparece para decirnos que es una de las mayores influencia del grupo, la cadencia de la canción es perfecta y Robert Johnson hubiera estado orgulloso de ellos, gran final de la canción con tintes épicos; en “This is night in the city forever” el vocalista de una manera elegante y perturbadora, casi declamando muy a lo Morrison se va despidiendo de nosotros, con el tempo de la canción in crescendo, y Duffy llevandonos con sus riffs al final de algo digno de recordar.
Será sin duda uno de los discos de 2012, THE CULT sigue ahí demostrando que su sonido es único y que solamente ellos lo saben hacer, pocas bandas existen con un sello tan definido y propio, una gozada para los amantes no solo del Rock sino de la música en general.
Antonio Mautor (mautormetal@hotmail.com)
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Salto cualitativo enorme de estos Brutal Death Metaleros de San Diego (California USA), en lo que respecta a su nueva obra Monolith of inhumanity; han pasado, y de qué manera, a la primera división de bandas punteras en este estilo, lo han conseguido en este año 2012, en el que se han editado discos brutales como los de CANNIBAL CORPSE y DYING FETUS, su obra no se queda atrás de las comentadas, sino que incluso las supera.
Siguen en sus letras aludiendo a las atrocidades que el ser humano comete en este mundo, con respecto sobre todo a la naturaleza y el reino animal, comentar que dos de sus integrantes, Travis Ryan (vocalista) y Josh Elmore (guitarra), son vegetarianos, por tanto reflejan en sus letras su defensa por todo lo animal, en contraposición a la actitud depredadora que ejerce el hombre sobre el ecosistema, reflejo de todo ello es la portada donde, haciendo un homenaje a la pelicula 2001 Una Odisea en el espacio, podemos ver un monolito de fondo como espectador de las aberraciones del ser humano.
En lo que respecta a su música, han introducido elementos y voces de corte algo melódico que, lejos de quitarle fuerza a su obra, han proporcionado un mayor orden en el sonido y estructura, rasgos de los que adolecía su obra anterior, en parte esta nueva visión de su música es lo que le ha dado ese salto de calidad a su sonido.
El descenso a la brutalidad extrema comienza con “The Carbon Stampede”, riffs bestiales con una batería inhumana, a destacar la labor del percusionista Dave McGraw, es lo más parecido a una metralleta en forma de batería, alcanza en todo el disco velocidades inusitadas, algo verdaderamente asombroso, la voz de Travis Ryan comienza haciendo growls salvajes, aunque a lo largo de la obra cambiará su registro, todo envuelto en un Death Grind totalmente vertiginoso, aparecen por primera vez en el disco riffs melódicos en su parte final.
El apocalipsis continua en temas como “Dead Set on Suicide” o “A Living, Breathing Piece of Defecating Meat”, la voz del vocalista comienza a cambiar de registro volviéndose más rasgada, no tan gutural; se te ponen los pelos de punta al escuchar como se suicida el protagonista de la canción, efectos muy conseguidos, todo muy gore en “Dead Set on Suicide”, en ambas canciones la base rítmica es infernal y la velocidad es frenética.
Destacar la labor del guitarrista Josh Elmore, en temas como “ Forced Gender Reassignment”, donde el ritmo baja un poco, y, sobre todo, en “Gristle Licker”, donde un riff de base domina toda la canción alternado acordes sincopados, todo con un tono progresivo.
Velocidad endiablada a lo DYING FETUS en cortes como “Projectile Ovulation” o “Do not Resuscitate”, cambios de ritmo continuos, potencia devastadora, y la voz de Travis Ryan mandando sobre este aquelarre de música salvaje.
El culmen del disco lo encontramos en “Lifestalker”, Brutal Death Metal en estado puro, los cambios de voces son continuos, de gutural a rasgado, llegando incluso a voces limpias, haciéndonos ver su vocalista que es de lo mejorcito dentro de este género, cambios de ritmo a medio tiempo para posteriormente desembocar en ritmo desenfrenado, aderezado con guitarras en algunos puntos de corte melódico, canción que repite esquemas en “Your Disposal”
La parte final del disco sorprende al llegar el tema “The Monolith”, canción instrumental al comienzo, de corte atmosférico, tus oidos dejan de sangrar por un rato, cosa que se agradece, todo en un tono oscuro e intenso, los teclados se ocupan de remarcar dicha tenebrosidad, la voz es limpia; todo en calma hasta llegar al asalto final en “Kingdom of Tyrants”, finalizando el disco como empezaron destrozándote el cerebro con su propuesta demencial.
Uno de los mejores discos del año en lo que se refiere a este tipo de música, lo que son capaces de hacer estos tíos con sus instumentos desafia las leyes de la física. Si le tienes manía a algún vecino, ya sabes, abre la ventana, dale al play, y que comience el Armaggeddon.
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Antonio Mautor (mautormetal@hotmail.com)
Las leyendas canadienses del rock progresivo están aquí de nuevo para darnos otra lección magistral de cómo se tiene que hacer un buen disco, hemos tenido que esperar nada menos que cinco años para que Geddy Lee, Alex Lifeson y Neil Peart se decidan a sacar de nuevo su genio interpretativo.
Es increíble ver como una banda con más de 40 años de carrera, habiendo vendido millones de discos, e influenciado a bandas como METALLICA, DREAM THEATER, PRIMUS, etc…, siguen ofreciéndonos un nivel compositivo y de ejecución tan grande. Continuan estando a la vanguardia de lo que se hace en este momento en el mundo del rock y metal progresivo, parece que no pasan por ellos los años.
En Clockwork angels siguen manteniendo el esquema de discos anteriores, si bien es cierto que esta es una obra menos contundente y pasional que su anterior disco, Snakes and arrows. Han creado composiciones muy melódicas y armoniosas, huyendo del Hard agresivo, aunque siempre dentro de las directrices de lo progresivo y experimental.
El disco fue grabado entre los años 2010 y 2011, entre los estudios Blackbird de Tennessee y los Revolution Recording de Toronto; hay que recordar que nos presentaron como avance dos temas, que son los que comienzan el disco, “Caravan” y “BU2B”, con estas dos canciones nos dieron buena muestra de lo que sería el disco, todo muy progresivo, tanto de los años 70 como de la actualidad.
La obra se realiza siguiendo un esquema de base conceptual, viajes temporales, ciencia ficción temas tan del gusto de la banda; comentar que Kevin J.Anderson, amigo personal de Neil Peart, ha anunciado que sacará una novela basándose en la historia del disco.
A modo de anécdota reseñar que en el artwork de la portada se puede ver un reloj que señala las 21:12, haciendo un guiño asi a su obra maestra 2112.
La sinfonía progresiva comienza con los singles anteriormente señalados, “Caravan” y “BU2B”; el primero de ellos hunde sus raíces en el rock progresivo de los años 70, teclados y sintetizadores dando un toque atmosférico al tema, con la base rítmica de Peart golpeando y la voz de Geddy, haciéndonos ver que han vuelto de nuevo; con respecto a “BU2B”, desarrollan un rock progresivo de alta escuela pero mucho más actual, con cambios de ritmo, guitarras acústicas etc…
Una voz mantra de fondo, y los platillos de Peart marcando el ritmo, nos presenta “Clockwork angels”, canción que da título al disco, y que resume todo lo que los canadienses van a desarrollar en la obra, riffs potentes de Lifeson, junto con base programada de sintetizadores, todo muy progresivo, el guitarra se luce con un solo de órdago.
Elementos de música árabe se pueden escuchar en “The anarchist”, canción con una melodía muy pegadiza, con una gran labor al bajo de Geddy Lee.
De similar corte y composición son los temas “Carnies” y “Halo effect”, donde las atmósferas y la ensoñación envuelven todo, si bien la primera es de tempo más pesado y lenta, en contraposición a la segunda, que vuelve al progresivo de los 70 .
En “Seven cities of gold” el bajo de Geddy Lee hace una intro magistral, que desemboca en una canción muy melódica casi de corte pop, a destacar los grandes solos de Alex Lifeson.
De lo más flojo del disco cabe señalar el tema “The wreckers”, que combina guitarras eléctricas y acústicas, unidas a orquestación con un tono a medio tiempo.
La obra maestra absoluta del cd llega con “Headlong flight”, Hard Rock y Progresivo se unen para crear una pieza sublime, el grupo se sale… riffs increíbles de Alex, la batería de Peart suena perfecta, y Geddy, tanto al bajo como con su voz ensalzan un tema de los que deberán tocar como fijos en sus conciertos, quedará para el recuerdo.
Como un breve interludio se asoma la canción “BU2B2”, la voz del vocalista y unos teclados hacen de puente a “ Wish them well” con una base rítmica muy marcada con solos increíbles a mitad de canción del gran Lifeson.
Para terminar, “The garden”, una cuasi balada donde una melodía suave lo va envolviendo todo hasta desembocar en una sinfonía orquestal que deja un sabor de boca fantástico, a destacar la composición a piano del tema.
Gran regreso de estos magos del progresivo, no es de sus mejores obras, pero ya sabemos que un disco normal de RUSH es muy superior a cualquier cosa que se haga en el Ámbito del Hard Rock Progresivo.
Sólo una petición final dirigida a lo promotores: por favor, traigan este grupo a España, es increíble que nunca hayan venido a tocar aquí… ya se sabe, “Spain is different”.
Antonio Mautor (mautormetal@hotmail.com)
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Los reyes absolutos del groove metal y metalcore, máximos exponentes de la New Wave of American Heavy Metal, ya están aquí de nuevo dispuestos a seguir demostrándonos que, en su estilo no hay ahora mismo banda sobre el planeta que les pueda superar. Hace pocos días han estado de gira por nuestro país y han dado buena muestra de ello tanto en Madrid como en Barcelona, con conciertos salvajes y llenos de intensidad.
Este nuevo álbum ha sido producido de nuevo por Josh Wilbur, con la intención de proseguir en la línea de lo ya hecho en su anterior trabajo Wrath, consiguiendo en este cd un sonido mucho más compacto y una brutalidad superior a este disco ya reseñado, situándose, por calidad en sus composiciones y fuerza en su sonido, muy cerca de su gran obra maestra Ashes of the wake.
La portada del disco nos avisa de lo que va a pasar si oyes el álbum: nada quedará en pie, la más absoluta devastación; la obra comienza con una canción preludio llamada «Straight for the sun», en donde la voz de Blyhte de manera brutal, se abre camino hasta desembocar en «Desolation», toda una declaración de intenciones. Esta canción será ejemplo claro de todo lo que marcará el disco, batería brutal de Chris Adler, riffs salvajes de Morton y W. Adler, acompañados de un bajo atronador de Camphell, y de la voz rasgada y gutural de Blythe, que poco a poco se está convirtiendo en uno de los mejores frontman en su género, creando su propio estilo y alejado de comparaciones odiosas con Phil Anselmo; groove y más groove, recuerda el tema incluso a su archiconocido «Redneck».
El disco no deja respiro en cortes similares como «Ghost walking», con un riff demoledor y cambios de ritmo brutales, o «Guilty», donde la base rítmica atrona, y Morton hacer virguerias junto con W. Adler a la guitarra.
La velocidad se hace muy presente con la base rítmica de temas como «The undertow» y «The number six», parte central del disco y de lo mejor del mismo, guitarras speedicas, groove machacón, y la batería de Adler realizando diabluras; la sombra de PANTERA se hace muy presente.
El tema «Barbarosa» hace de puente a la canción donde el metalcore se manifiesta de manera más evidente en «Invictus», que junto con «Cheated» exploran algunos elementos de tipo Trash.
Llegamos al punto álgido de la obra, «Invictus», donde Blyhte nos sorprende con una voz limpia, menos rasgada de lo habitual; canción muy bien estructurada incluso de tintes progresivos, melódico muy a lo MACHINE HEAD.
La parte final del disco se abre con «Terminally unique», donde retoman el sonido característico en ellos, salvaje sin más, hasta desembocar en «To the end», canción que perfectamente podría haber estado en Ashes of the wake .
El estilo sureño metalero suyo tan característico lo explotan en «Visitation», con un riff y estribillo brutales, para terminar con «King me», una oda experimental, de corte lento, con elementos orquestales acompañados de la voz dulce de Amanda Munton.
Brutal disco, de lo mejor del año, superior a Wrath, y a la altura de sus mejores obras. El cordero de Dios, ha vuelto para evangelizarnos con su bestial música, abstenerse almas sensibles.
Antonio Mautor (mautormetal@hotmail.com)
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