FATES WARNING – DARKNESS IN A DIFFERENT LIGHT (2013)

FATES WARNING, uno de los grupos pioneros en esto del Metal Progresivo están por fin de vuelta, y de qué manera!!!!.

Qué decir de un grupo que lleva más de 30 años en la escena metalera y que desde su inicio se ha constituido como uno de los pilares sobre los que se ha asentado y desarrollado este amplio y heterogéneo género musical que es el Metal Progresivo y que a día de hoy aún sigue demostrando, álbum tras álbum, que todavía tienen mucho que decir y que siguen siendo un grupo de referencia. Cualquier seguidor leal de este género musical sabe a lo que me refiero.

Y como el movimiento se demuestra andando, aquí tenemos la prueba definitiva de que aún hay FATES WARNING para rato: Darkness In A Different Light, un excelente y variopinto trabajo que ha vuelto a poner al grupo en el candelero y que espero tenga la presentación en directo que se merecen los fans de los americanos, tan prolijos y diseminados en multitud de proyectos paralelos que les impide encontrar el tiempo suficiente para sacar trabajos de una manera constante.

Darkness In A Different Light ha sido producido por el propio Jim Matheos y representa el primer disco que los americanos editan con Inside Out Music, tras 30 años con Metal Blade Records y a buen seguro va a ser el inicio de una buena y segura amistad discográfica.

Sin duda, uno de los factores ganadores que acompaña a FATES WARNING es la tremenda calidad y contrastada experiencia de sus integranteso. Todo esto hace de Darkness In A Different Light un álbum muy profundo y personal desde la primera a la última canción, donde encontramos temas muy elaborados que fluyen uno tras otro de una forma natural y que están comandados en muchos tramos del disco por un sonido más heavy de lo normal, que combina excelentemente con el registro vocal de Ray Alder, más melódico y personal.

Y es que cada uno de los integrantes lo bordan, con un Jim Matheos y un Frank Aresti a las guitarras que hacen una labor excepcional y que guían las canciones como si de una onda se tratara; un Ray Alder a las voces que como hemos dicho introduce melodía y personalidad a las canciones y una base rítmica con Joey Vera al bajo y el recién llegado Bobby Jarzombek a las baquetas que representa el colchón sobre el que se apoya todo lo demás. En una palabra: Calidad con Mayúsculas.

“One Thousand Fires” abre el trabajo de una forma excelente, con unos riffs realmente heavies y una base rítmica muy compacta, en donde el recién llegado Jarzombek demuestra su maestría y plasticidad a los palos. La labor vocal y los coros mantienen la canción en el lado melódico del asunto y representa el contrapunto a la dureza y contundencia de la parte musical.

La fórmula se continúa con “Firefly” (del que hay disponible un video musical), pero con un ritmo un poco más pausado, eso sí sin perder un ápice de ritmo y donde nos encontramos a un Ray Alder excelente. Y es que en este tipo de canciones es donde se ve que el cantante se siente cómodo. Tal vez ya no sea capaz de llegar a las cotas de voz que prodigaba en el pasado, pero ha sabido sustituir esa falta con una expresividad y una pasión a destacar.

“Desire” sigue la senda de la anterior canción, con unos riffs muy duros, una línea de bajo atronadora y un Ray que demuestra el registro con partes más melódicas y otras más altas.

Llegamos a la calma de la parte de “Falling”, donde lo acústico da un paso al frente y la voz y el sentimiento cobra todo el protagonismo. Tema muy corto que sirve como calmada introducción para “I Am” (ver video aquí) , un tema de lo más rápido y duro del disco. Muy progresivo, con cambios constantes de ritmo comandados por las guitarras paralelas, una base rítmica que tira para atrás y unas partes vocales de lo mejor del disco.

“Lighthouse”, es un ancla dentro de la tormenta. Un tema calmado y muy personal, que fluye constante y evoluciona a una última parte más pesada.

“Into The Black” recobra el ritmo y la dureza de anteriores canciones, con unos riffs muy punzantes y duros y una melodía que encandila. El solo de guitarra es tremendo y original. Canción que realmente hipnotiza al que la escucha y que te envuelve desde la primera a la última nota.

En “Kneel & Obey” encontramos un tema con una atmósfera muy pesada, con unas guitarras y una base rítmica que arrastran las notas y con una labor vocal que se adapta perfectamente a la atmósfera del tema. De nuevo, la parte instrumental es excelente.

“O Chloroform” es un tema en el que las letras han sido compuestas por Kevin Moore (OSI, ex-DREAM THEATER) y que sigue la onda pesada del tema anterior, pero con un carácter más personal y melancólico.

El final del disco viene de la mano de “And Yet It Moves”, tema muy extenso (más de 14 minutos), donde se plasma perfectamente la filosofía de esas extensas canciones del metal progresivo, donde se da rienda suelta a la creatividad, los cambios de ritmo y las distintas atmósferas que forman parte de este tipo de canciones. El tema está perfectamente dividido en diferentes partes, donde se combinan partes acústicas con otras más heavies. Se comienza con una parte solista muy extensa dividida a su vez en dos partes bien diferenciadas, una inicial acústica de guitarras y bajo a lo concierto de cámara seguida de una segunda parte eléctrica y contundente que da paso a la voz de Alder después de unos cuantos minutos. Hacia la segunda mitad de la canción se vuelven a introducir partes acústicas que desembocan de nuevo en una parte final más rápida. Este es sin duda el tema central del disco, muy en la onda del “The Ivory Gate of Dreams” de su disco No Exit, pero sin estar dividido en partes perfectamente diferenciadas.

En definitiva, excelente álbum de los americanos por diferentes y variados motivos. Lo primero, la calidad musical del disco está fuera de toda duda, con unos músicos muy experimentados que tienen las cosas muy claras y además saben cómo obtener lo que quieren. Lo segundo, porque es uno (si no el que más) de los álbumes más variados y heavies de la banda, donde se interpretan diferentes partes y momentos musicales. Finalmente, es un álbum muy elaborado, que ha tomado su tiempo realizar y plasmar y que representa uno de los trabajos más personales de FATES WARNING. Un álbum que a buen seguro estará en el top-ten anual de cualquier seguidor del progresivo. Sólo deseo que tengan tiempo y ganas de poder lucirlo en directo por estos lares, de cabeza iría sin dudarlo.

Marciaaaaal.

 

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