Con mucho retraso nos llega esta crónica de un señor mítio que forma parte de una mítica banda como fue/¿es? PINK FLOYD. Perdonen la ansiada espera pero es que la chica es muy tímida y ha costado convencerla. Ahí va, palabra por palabra:
Por fin, 26 de Marzo, ¡!Qué ganas tenía de que llegara este día¡¡, para el Palacio de los Deportes que me fui con muchísimas ganas de ver esta Opera Rock, una de las mejores compuestas en los 70. Tenía muchas expectativas y no sólo por oír la música compuesta por PINK FLOYD en directo, sino también por ver como Waters adaptaría su espectáculo al siglo XXI, me lo esperaba con respecto a la tecnología, pero ¿y el significado de la obra?
No sé si fue de las veces que más gente había visto a la puerta del Palacio y eso que llegué con la hora casi justa, pero entramos bastante rápido, en la cola una chica me comenta que había comprado dos días antes la última entrada disponible.
Después de encontrar mi sitio, allí estaban, los primeros ladrillos de los laterales del muro, esperando levantarse, una imagen de momento fría y gris como había visto en las fotos del disco “Is There Anybody Out There? The Wall Live 1980-1981” El disco en directo – y cuyo setlist es el que tiene también esta gira- de uno de los pocos conciertos que entre los años 80-81 se pudieron hacer de “The Wall” debido a las complicaciones que representaba en aquella época el montaje del espectáculo, eso sin contar con la pérdida económica que supuso para el grupo y puede que hasta el comienzo de su ruptura.
Miro a mi alrededor, público de todo pelo y edad, desde adolescentes hasta gente cerca de los 70. De repente por megafonía aclaran que a Waters no le importa que se hagan fotos o se graben videos, siempre que no se use el flash para no estropear el espectáculo, y minutos después de las 21:30 el concierto comienza, con un estallido de fuegos artificiales color rosa al ritmo de “In the Flesh?”, con un avión estrellándose en la parte derecha del muro provocando un pequeño incendio… empieza la historia de Pink.
Historia que Rogers Waters ideó cuando, decepcionado consigo mismo por haber escupido sobre la cara de un fan que le increpó en la gira de Animals en Montreal, quiso construir un muro entre los fans y el grupo. El hilo conductor sería la historia de una estrella ficticia del rock –Pink- que se convierte en un ser mentalmente enfermo debido a los traumas que la vida le va deparando. La muerte de su padre en la Segunda Guerra Mundial (Another Brick in The Wall Parte 1 y 3), la sobreprotección materna (Mother), la opresión de la educación británica (Another Brick In The Wall Parte 2), los fracasos sentimentales y su mundo de superestrella, (Young Lust), son convertidos por él en ladrillos de un muro que lo aísla, construido con el fin de protegerle del mundo pero que le conduce a la autodestrucción. Se siente tan sólo, rodeado nada más que por cosas materiales, (Nobody Home) que intenta suicidarse abusando de las drogas. La alucinación lo convierte en un dictador fascista (In The Flesh), todo lo contrario a lo que -Pink- siente, y no quiere llegar a ser. Finalmente se celebra un juicio simbólico contra -Pink-, (The Trial) que termina con la condena de derribar el muro y exponerse al mundo exterior, en una liberación final que permite a –Pink- volver a vivir otra vez.
Pero esta vez no parece que nos ciñamos a la historia de Pink. Con el siguiente tema “In the Ice”, van apareciendo, sobre los ladrillos que ya hay, fotografías de personas fallecidas en distintas guerras y conflictos armados acompañadas de sus datos reales. Imágenes de gente que sufre en distintos puntos del globo, y de repente los primeros acordes de “Another Brick in the Wall” , aparece el profesor: la primera de las marionetas gigantes, la gente que corea en cuanto puede y otro ladrillo en el muro y otro y otro.
Más adelante con “Goodbye Blue Sky”, lo que al principio son pájaros volando se convierten en aviones de guerra lanzando bombas… bombas con forma de cruces, de estrella de David, de la media luna y la estrella, la hoz y el martillo, la Shell, Mercedes, el dólar…, para mí uno de los momentos más emocionantes del concierto. Con “Another Brick in The Wall parte 3″ ya no deja títere con cabeza, políticos actuales y multinacionales conocidas aparecen sobre el muro.
La tecnología y los materiales actuales hacen que levantar un muro de 10 metros de altura no sea tan complicado como hace 30 años y cuantos más ladrillos hay, más espacio para proyectar todo tipo de imágenes -en los ladrillos y en una gran pantalla circular central-, había momentos en los que era imposible estar a todos los detalles. Me gustó mucho cuando en “Mother”, se proyectaba su propia imagen de uno de los conciertos del 80 sincronizada con el Waters que veíamos en ese momento.
Mientras el muro crece van quedando unos huecos por los que todavía a duras penas podemos seguir viendo a los músicos, y con “Goodbye Cruel Word” el muro se cierra. En un intermedio de unos 20 minutos podemos ver en el muro las fotos que han sido cedidas por familiares de civiles o soldados caídos en las guerras, y agradece que se las hayan cedido para el espectáculo.
Comienza la segunda parte con “Hey You”, curioso ver el muro totalmente cerrado y los músicos tocando detrás. Se proyectan sobre él unos ojos enormes que nos miran…”Is there anybody out there?”. Grandes focos iluminan al público como si buscaran a alguien entre los asistentes. Tres temas después Waters se queda fuera del muro, un muro gris en ese momento, en la parte superior aparece la segunda voz, Robbie Wycolff, buenísimo, seguido de la guitarra de Dave Kilminster, en el papel de Gilmour, y nada más, todo gris ninguna imagen, para tocar por fin “Comfortably Numb”, un tema que merece ser oído sin ningún otro adorno. Disfruté un montón con este tema mientras me daba cuenta de que quizás nunca lo volvería a escuchar como en ese momento. Ni que decir tiene que el sonido fue fantástico, aunque según me han dicho se oía mejor abajo que desde la zona de asientos. De repente, en medio del sólo de Gilmour, Waters golpea el muro y una explosión de color lo invade, orgásmico. Más tarde aparece su famoso cerdo volador, en este caso jabalí, con insignias fascistas, flotando por encima de la audiencia y Waters interpretando al dictador en el que Pink cree haberse convertido. Con “Run like hell”, el pabellón casi se viene abajo, es de los momentos junto con la famosa “Another Brick in The Wall” es los que se respira mayor conexión con el público. Y es que Waters no sólo canta o toca varios instrumentos sino que también interpreta.
El muro acaba por derrumbarse después de “The Trial”, como condena al aislamiento de Pink, y así se tiene la sensación de acabar el concierto, como una liberación después de tanta opresión, tanta cadena, tanto muro como interponemos entre nosotros y la realidad. Resultó reconfortante ver al final a todos los músicos en fila, delante del muro caído, interpretando “Outside the Wall” bajo una lluvia de confeti.
Me quedé un rato mirando el muro derrumbado mientras la mayoría salía… y ahora ¿seré yo capaz de tirar el mío?… espero que la música ayude.
Músicos:
Roger Waters: Voz, Bajo, Guitarra, Trompeta
Snowy White: Guitarra
Graham Broad: Batería, Percusión
John Carin: Teclados, Guitarra, Voz
Dave Kilminster: Guitarra
George Edward Smith: Guitarra, Bajo
Robbie Wycoff: Voz
Harry Waters: Órgano, Voz, Acordeón
Jon Joyce: Coros
Kipp Lennon: Coros
Mark Lennon: Coros
Pat Lennon: Coros
(la mayoría han acompañado a Waters en otros conciertos anteriores, Snowy White desde la primera gira de The Wall en el 80, curiosidad: Harry Waters es hijo de Roger).
El concierto se puede ver entero en:
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=4HJl-sTAres[/youtube]
lo recomiendo.
Texto y Fotos: Puri